LONDRES, 17 de julio de 2012 /PRNewswire/ -- La familia Kemeny está profundamente consternada por la trágica muerte de su hija Eva y ha sido testigo, en los últimos días, de la amplia cobertura de las dificultades que Eva enfrentó en vida en los medios internacionales. Eva habría querido que el recuerdo de su vida ayudara a otras personas que también enfrentan los desafíos de la adicción. La familia Kemeny espera que este homenaje sirva para llamar la atención a la tragedia de la adicción a las drogas, para sensibilizar a la población y para fomentar el futuro apoyo financiero a esta causa, en cuyo nombre la familia planea crear una fundación.
Filántropa estadounidense, amante esposa y madre que ayudó a un sinfín de adictos y niños
Texto de Tom Kemeny, padre de Eva
Eva Louise Kemeny nació el 7 de marzo de 1964, exactamente nueve meses y una semana después de que Nancy y yo nos casáramos en Goldsboro, Carolina del Norte, el 1 de junio de 1963.
Eva nació en el Matilda War Memorial Hospital en el Peak de Hong Kong. Nuestra querida Eva nació literalmente en mis brazos y los de una asistente de enfermería de 16 años, ya que el médico no llegó. Cuando Eva nació la envolví en una toalla, aún unida a Nancy por el cordón umbilical, y la sostuve en alto para que Nancy contemplara la hermosura de nuestro primer retoño. Nancy exclamó "¡Ah, es niño!", yo repliqué "No exactamente, lo que alcanzas a ver es el cordón umbilical". Así fue la espectacular llegada de Eva a nuestro mundo.
De Hong Kong nos mudamos a Sídney y después a Milán, donde nació Be, la hermana de Eva. En 1967 nos mudamos a Roma, donde Eva asistió a la primera Casa de Niños del sistema Montessori.
En 1970 nos mudamos a Londres e inscribimos a Eva en la Garden House School, después asistió a la Queens Gate y finalmente a la American School en Londres. Era una niña sumamente brillante y amorosa, pero muy tímida.
Creemos que empezó a experimentar con drogas hacia el final de la adolescencia como un recurso para superar su timidez. La dependencia de las drogas afectó a la pobre Eva y a su desempeño en el Occidental College de Los Ángeles.
A fines de la década de 1980 Eva finalmente se recuperó tras acudir a numerosos centros de rehabilitación en Estados Unidos y el Reino Unido. Su recuperación fue intensa y, como es habitual en el Programa de 12 pasos, viajó por Londres y el resto del Reino Unido para compartir sus experiencias e historia de vida a fin de explicar que la recuperación es posible e inyectar esperanza y apoyo a otras personas. A su entonces corta vida, ese espíritu definiría su labor: ayudar a otros, especialmente a quienes sufren de adicción a las drogas.
Antes de casarse, Eva trabajó durante dos años como asistente de John Aspinal en su oficina en Londres. Sus responsabilidades incluían la compra de frutas exóticas para su gran colección de gorilas. Eva contrajo matrimonio con Hans Kristian Rausing el 16 de octubre de 1992 en la Iglesia Sueca de Londres. La misa fue oficiada por el arzobispo de Suecia y con la asistencia del reverendo Lennart Sjostrom, ex rector de la Iglesia Sueca de Londres. Hace poco comentó: "Eran dos personas inmensamente felices y enamoradas, recuerdo su semblante mientras intercambiaban votos y prometían amarse y honrarse". El reverendo Sjostrom también bautizó a los cuatro hijos de Eva y Hans Kristian.
Después de la boda, Eva y Hans asistieron al Richmond College; ella estudió economía y Hans Kristian literatura inglesa. Ella también realizó breves estudios en la London School of Economics.
Eva desempeñó un papel fundamental en su vocación de vida: ayudar a los drogadictos. Formó parte del consejo de Clouds y del Chemical Dependency Centre a principios de la década de 2000; esta última habría de convertirse formalmente en Action on Addiction en 2007, después de fusionarse con una tercera organización benéfica. Se trata de una entidad nacional que brinda ayuda directa e indirecta a los adictos y a sus familias. La ayuda indirecta incluye la formación de profesionales y el financiamiento a consejería, investigación y campañas públicas. La ayuda directa incluye tratamiento interno y ambulatorio para quienes padecen una adicción, así como apoyo para sus familias.
El aspecto de mayor interés para Eva dentro de Action on Addiction fue Hope House, una unidad especializada en brindar atención a mujeres para enfrentar problemáticas complejas, no solo la adicción a las drogas, también trastornos de alimentación, enfermedades mentales y violencia doméstica. Eva y Hans Kristian se mantuvieron firmes en su convicción de que no debía negarse tratamiento a ningún adicto. Con pasión (y de manera anónima) apoyaron 'tratamientos financiados por la organización benéfica' para quienes no podían obtener financiamiento estatutario ni recaudar fondos por su cuenta.
Desde principios del año 2000 y hasta su muerte, Eva participó con el Fideicomiso para la Rehabilitación de Presos Adictos (RAPT). Aunque no formaba parte del consejo ni era fideicomisaria u ocupaba algún cargo oficial, apoyó incondicionalmente la causa y dedicó parte de su tiempo a visitar cárceles de mujeres como Send.
Tristan Millington-Drake, colaborador de Eva en sus actividades benéficas, evoca la actitud cariñosa con la que realizaba su trabajo: "Nunca tuvo miedo de visitar a adictas en prisión y al vincularse con ellas se mostraba transparente respecto de su propia lucha, siempre con la esperanza de ayudarlas".Tristan recuerda el amor de Eva por los gatos y cómo se reflejó en su apoyo al monumento Animals at War en el Park Lane de Londres:"Siempre hacía travesuras para tratar de incluir a los gatos en el monumento, a pesar de que se le aclaraba que los gatos no habían ido a la guerra".
Eva también fue mecenas de la Mentor Foundation, organización benéfica dedicada totalmente a la prevención del consumo de drogas, fundada a principios de la primera década del siglo XXI.
Hans Kristian y Eva fundaron Verdun hace diez años en Barbados, una clínica integral de recuperación con el Programa de 12 pasos que a la fecha es única en todo el Caribe. Más de 2.000 barbadenses se han tratado en Verdun desde su fundación. Prácticamente Eva y Hans Kristian han sido los únicos benefactores de la clínica. Hay planes de construir una unidad para mujeres, ya que la clínica llegó a atender exclusivamente a hombres. Además, la organización benéfica cuenta con un centro de reinserción que brinda capacitación y rehabilitación a fin reintegrar a los adictos en recuperación a la sociedad.
Gracias a sus esfuerzos, tanto en el sentido del compromiso personal como de aportación caritativa, Eva y Hans Kristian "salvaron" miles de vidas, mas desgraciadamente no la vida de Eva. Este hecho nos recuerda con crudeza que la enfermedad de la adicción no distingue sexos ni clases sociales.
En recientes palabras de Nick Barton, director de Action on Addiction: "Eva trabajó incansablemente durante años, sin el menor deseo de reconocimiento público y a pesar de sus propios problemas de salud, para poner su extraordinariamente generoso apoyo al servicio de las personas y las organizaciones benéficas en el ámbito de las adicciones".
"Eva era muy admirada por el compromiso tan personal, compartido con su esposo Hans Kristian, con el apoyo a diversas causas benéficas, entre ellas distintas organizaciones dedicadas a atender las adicciones".
Eva y su esposo también fueron generosos mecenas de muchas otras causas valiosas. Ella poseía una aguda e inteligente chispa, y el brillo en sus ojos solía delatar las palabras que estaban por salir de sus labios. Sus mensajes y correos electrónicos, bellamente escritos, eran tan provocadores como graciosos, pero siempre un placer a la vista. El amor por sus hijos dominaba su vida y marcó su día a día. Incluso en las profundidades de su desesperanza, Eva se preocupaba más por la felicidad y el bienestar de los demás. Su mayor preocupación al momento de morir era la seguridad de su amado esposo, por quien interrumpió su propio tratamiento a fin de volver a Londres en un intento, por desgracia vano, de llevarlo con ella a California.
Siempre recordaremos a Eva como la bella, generosa y graciosa hija, esposa, madre, hermana y tía que fue. Eva y Hans Kristian se adoraban y adoraban a sus cuatro hermosos hijos. Si no estaban en Londres se encontraban inmersos en vacaciones familiares con primos y otros miembros de la familia, sin el menor viso de ostentación o glamur.
Eva y Hans Kristian formaron una pareja amorosa y leal pareja durante los 21 años que pasaron juntos. Su compromiso personal y las actividades filantrópicas que organizaron mejoraron miles de vidas. Lucharon valientemente contra sus demonios y se brindaron apoyo mutuo, y la muerte de Eva será una pérdida devastadora para nuestro querido "hijo" Hans Kristian, a quien amamos incondicionalmente y con todo el corazón.
"Tener a un ser querido es un tesoro del corazón; perder a un ser querido es como perder una parte de ti mismo. Sin embargo, el amor que esa persona te dio… no se ha perdido, pues la esencia del alma perdura. Ese amor no saldrá de tu corazón, pues siempre lo ha habitado".
Debbie Burton
A Eva le sobreviven su amado esposo, Hans Kristian Rausing, sus cuatro hijos, su hermana Be y sus padres Nancy y Tom Kemeny, además de familiares en Estados Unidos y Suecia.
Señor, pleno de compasión, tú que estás en las alturas, concede el descanso imperturbable bajo el refugio de tu divina presencia entre los santos y puros que brillan como el más resplandeciente de los firmamentos al alma de mi amada Eva, quien ha partido a la eternidad.
Señor, ten piedad y acógela para siempre bajo las alas de tu presencia, que su alma se ampare en el lazo de la vida eterna, y permite que los recuerdos de mi vida siempre me inspiren a una existencia noble y consagrada. Amén.
Por favor envíe sus comentarios, preguntas y experiencias que desee compartir a: [email protected]
FUENTE The Kemeny family
FUENTE The Kemeny family
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