PEKÍN, 31 de julio de 2020 /PRNewswire/ -- El Ejército Popular de Liberación (EPL) de China ha avanzado mucho desde su surgimiento durante el levantamiento armado en la ciudad de Nanchang, el 1 de agosto de 1927, con apenas 20.000 soldados.
Con dos millones de efectivos, el EPL de hoy se compromete a desarrollar nuevos tipos de fuerzas de combate que tendrán la capacidad de llevar a cabo operaciones especiales, operaciones de ofensiva y defensiva en todas las dimensiones, operaciones anfibias, operaciones de protección mar adentro y operaciones de proyección estratégica.
En años recientes, el presidente chino Xi Jinping, también secretario general del Comité Central del Partido Comunista Chino (PCC) y presidente de la Comisión Militar Central (CMC), ha redefinido el EPL y su liderazgo castrense se propone transformarlo en una fuerza militar de clase mundial.
Fuerzas armadas de clase mundial
Las ideas del presidente de la Comisión Militar Central para fortalecer al ejército responden a las preguntas fundamentales sobre el tipo de fuerzas armadas que China desea consolidar y la forma en que habrá de hacerlo.
En diciembre de 2012, a tan solo un mes de asumir el cargo principal dentro del partido, Xi habló de la necesidad de contar con un poderoso ejército.
"A fin de materializar el gran rejuvenecimiento de la nación china, debemos perseverar en la combinación del desarrollo de un país próspero con el impulso de un potente ejército", dijo Xi.
Desde 2015, el EPL ha redefinido su sistema de liderazgo y administración, ha optimizado su estructura y ha reformado sus políticas e instituciones militares.
Durante el desfile del Día de la Victoria que conmemoró el setenta aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial en septiembre de 2015, China informó al mundo que recortaría a 300.000 efectivos de sus tropas y prometió nunca volver a buscar la hegemonía.
En 2017, en el marco del Décimo Noveno Congreso Nacional del PCC, se develó un plan para transformar completamente al EPL hasta convertirlo en un conjunto de fuerzas armadas de clase mundial para mediados del siglo XXI.
Dicho plan señala que, en la nueva era, la tarea de consolidar la defensa y el ejército de la nación ha dado paso a un nuevo capítulo. Al terminar 2020, el EPL habrá concluido su proceso de automatización, habrá dado significativos pasos hacia la informatización y mejorado sustancialmente en sus capacidades estratégicas. Además, el plan establece como objetivo de mediano plazo para el ejército chino convertirse en una potencia moderna para 2035 y, como meta de largo plazo, convertirse en uno de los principales ejércitos del planeta para 2050.
En diciembre de 2018, Xi lo describió como una tarea estratégica de la modernización socialista: fortalecer la defensa nacional y contar con un potente ejército, a la altura de la posición internacional de China y de sus intereses de seguridad y desarrollo.
Aunque China se encamine a la modernización de sus fuerzas armadas, su presupuesto militar sigue siendo relativamente bajo. Según la más reciente cifra oficial, el presupuesto de defensa del país en 2020 conserva un crecimiento de un solo dígito por quinto año consecutivo al situarse en 6,6%, el índice de crecimiento más bajo en años recientes.
El presupuesto se mantuvo en torno a 1,3% del producto interno bruto, muy por debajo de la cifra promedio mundial: 2,6%.
La idea de contar con fuerzas armadas de clase mundial significa que el ejército sea capaz de ofrecer un sólido respaldo a las tareas de protección de la soberanía, la seguridad y los intereses en favor del desarrollo en China, la preservación de la paz y la estabilidad en el mundo, y la materialización del rejuvenecimiento nacional.
Diseñado para la batalla
"Los ejércitos están concebidos para combatir. Nuestras fuerzas armadas deben ver la capacidad de combate como el criterio a cumplir en todas sus labores y concentrarse en cómo vencer cuando ese sea el llamado", señaló Xi.
Durante sus visitas de inspección a los cuerpos castrenses, Xi reiteró la necesidad de que las fuerzas armadas mejoren su capacidad de combate y su presteza para la guerra.
En respuesta a su llamado, la formación militar en condiciones de combate real en todos los cuerpos del ejército avanza viento en popa.
Desde 2012, las fuerzas armadas chinas han cumplido con un extenso entrenamiento orientado al cumplimiento de misiones, diseñado en función de las necesidades específicas de distintas instrucciones y ejercicios estratégicos en todo tipo de servicio y con todo tipo de armamento, incluidos más de 80 ejercicios conjuntos de nivel mínimo o superior a brigada o división.
Este año, el EPL también hizo gala de su capacidad de combate al actuar frente a emergencias.
Durante la lucha contra el COVID-19 en China, el EPL destacó a más de 4.000 miembros de su cuerpo médico hasta la provincia de Hubei, epicentro del brote, para controlar la epidemia. Se formaron equipos médicos a dos horas de recibida la orden, y estos llegaron a destino en el transcurso máximo de 24 horas con suministros de protección para siete días. Al llegar, empezaron de inmediato a tratar a los pacientes.
Según el Ministerio de Defensa de China, al 28 de julio, el EPL y las Policías Populares Armadas (PPA) habían destacado a 725.000 efectivos para combatir las inundaciones mediante el reforzamiento de diques de contención, el resane de las fisuras en los diques y la evaucación de la población.
Estricta gobernanza militar
El presidente Xi ha enfatizado repetidamente la necesidad de regir al ejército con estricta disciplina y en apego a la ley en todo aspecto.
Esta noción también quedó consignada en el proyecto del Estado de derecho durante la Cuarta Sesión Plenaria del Décimo Octavo Comité Central del PCC, en 2014.
Al inspeccionar al Décimo Tercer Batallón en el sur de China en enero de 2016, Xi también hizo un llamado al fortalecimiento de las fuerzas armadas mediante reformas, además de destacar la consciencia política y la legalidad para desarrollar un ejército fuerte.
Desde 2012, el combate a la corrupción dentro de las fuerzas castrenses también ha sido prioridad de las enérgicas medidas para acabar con los tejemanejes y docenas de oficiales del ejército han sido investigados y llevados a prisión, como Xu Caihou y Guo Boxiong, ex generales de alto rango y vicepresidentes de la CMC.
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